Los alucinógenos afectan poderosamente al cerebro, distorsionando la forma en que trabajan nuestro cinco sentidos y cambiando nuestra percepción del tiempo. Las personas que utilizan mucho estas drogas probablemente tengan problemas de concentración o comunicación o diferenciación entre lo real y lo ilusorio.
LSD (dietilamida del ácido lisérgico): es una de las principales drogas en la categoría de alucinógenos.
Los efectos del LSD se producen principalmente al activarse un tipo de receptor de serotonina. Como la serotonina interviene en muchas funciones importantes, el consumo de esta droga produce muchos efectos. Estos abarcan desde el insomnio y temblores hasta el aumento de ritmo cardíaco y de la tensión arterial.
Los consumidores de LSD pueden sentir muchas emociones a la vez (incluso terror extremo), y experimentar la sensación de que sus sentidos se cruzan, y de que oyen colores y ven sonidos.
