Cannabis

El Cannabis es una droga que se extrae de la planta Cannabis sativa, con cuya resina, hojas, tallos y flores se elaboran las drogas ilegales más consumidas en España: el hachís y la marihuana. Sus efectos sobre el cerebro son debido a principalmente uno de sus principios activos, el Tetrahidrocannabinol o THC, que se encuentra en diferentes proporciones según el preparado utilizado. El THC es una sustancia muy soluble en grasa y llega rápidamente al cerebro, en donde se acumula y del que se elimina muy lentamente. 

  • Marihuana: obtenida de la trituración de flores, hojas y tallos secos, posee una concentración de THC entre el 1 y el 5%. 
  • Hachís: elaborado a partir de la resina almacenada en las flores de la planta hembra, tiene una concentración de THC entre el 15 y el 50%.
  • Aceite de hachís: resina de hachís disuelta y concentrada con una concentración de THC entre el 25 y 50%. 

¿Qué efectos produce?

Los efectos suelen comenzar pasados unos 10 minutos aproximadamente, cuando la vía es fumada; y de unos 20 a 60 minutos, después de la ingestión. 

La duración de los efectos de esta sustancia es más prolongada y de menos intensidad cuando se ingiere, que cuando se fuma, debido a que la velocidad de absorción por vía respiratoria es más rápida que por vía digestiva. La cantidad exacta absorbida por vía pulmonar depende de numerosos factores, entre los que destacamos: la velocidad con que se fuma, la profundidad y el volumen de la inhalación y el tiempo que la persona retiene la espiración después de inhalar. 

Efectos psíquicos: acción euforizante, con tendencia a la risa fácil, alteración del sentido del tiempo o la secuencia de los acontecimientos, puede aparecer despersonalización, fuga de ideas, y alteraciones de la memoria, aumenta la percepción de colores y de sonidos. A dosis más elevadas puede aparecer estado de pánico, alucinaciones y psicosis de tipo paranoide o esquizofrénico (psicosis por consumo). 

A esta fase euforizante, casi siempre le sucede otra depresiva con aumento del sueño. 

  • Efectos físicos: tos seca, taquicardia, irritación conjuntival, y un ligero aumento de la presión arterial. Si la dosis es elevada se produce el efecto contrario. También puede aparecer sequedad de boca, presión intraocular, desorientación e incapacidad para la concentración. 

Debido al consumo fumado se produce un aumento del volumen y frecuencia cardíaca, que puede presentar riesgo añadido a personas que padecen enfermedades cardiovasculares. 

Si el consumo es oral, se puede producir intoxicación debida a la mezcla con otros productos alimenticios o a la cantidad de sustancia utilizada. 

¿Qué riesgos provoca?

Consecuencias a largo plazo. 

Se pueden llegar a producir tres tipos de consecuencias debidas a un consumo excesivo y/o continuado del cannabis o de cualquiera de sus derivados. 

  • Complicaciones psicológicas: dosis elevadas pueden dar lugar a la aparición de psicosis tóxica aguda, caracterizada por ansiedad, delirios paranoides o de persecución e ideas de suicidio, suele estar acompañada de pánico, paranoia, depresión y desorientación en el tiempo y en el espacio. Esta complicación al ser producida por el consumo suele tener una duración de entre uno y once días, siempre supeditados a la abstinencia de la sustancia. 
  • Complicaciones físicas: el uso prolongado puede producir complicaciones crónicas que afectan: al sistema respiratorio, provocando irritación bronquial y pulmonar; al sistema endocrino, ginecomastia (tumores en los órganos sexuales), reducción de la cantidad y calidad del esperma en los hombres. El consumo durante el embarazo hace que se produzca disminución en el peso del recién nacido, y un incremento de las posibilidades de nacimientos con malformaciones. 
  • Síndrome amotivacional: el uso continuado y crónico de la marihuana se ha asociado con este síndrome, caracterizado por: apatía, frustración fácil, pérdida de eficacia al desarrollar trabajos, falta de concentración, y una falsa idea de productividad elevada. Las personas que padecen este síndrome, tienden a ser menos compatibles y sociales con los familiares y amigos, comportarse de forma más independiente y menos involucrados en el trabajo o las instituciones convencionales, se comportan de forma más problemática en el cumplimiento de las reglas y costumbres sociales y suelen tener mayor tolerancia hacia las conductas socialmente desviadas. Esto en ocasiones, le produce problemas judiciales y/o sociales. 

 

Mitos y realidades

Mito: Es un producto inofensivo para la salud, ya que es un producto natural. Es una droga ecológica, es la sustancia de la paz y el relax. 

Realidad: Producto natural y producto inocuo no son sinónimos. El tabaco y el opio también son naturales y nadie duda de sus riesgos. El consumo de cannabis provoca alteraciones en el funcionamiento normal del cerebro, lo cual no es nada ecológico. 

 

Mito: El cannabis tiene efectos terapéuticos, por lo que no debe ser malo fumarse un porro de vez en cuando. 

Realidad: Los usos médicos del cannabis se realizan de forma controlada y no tienen nada que ver con su uso recreativo. También existen medicamentos derivados del opio y nadie piensa que sea sano consumir heroína. 

 

Mito: Fumar cannabis resulta menos perjudicial que fumar tabaco. 

Realidad: El cannabis contiene muchos de los carcinógeros y mutágenos del tabaco y en mayor cantidad  (un 50 % mas). Además, la forma de consumirlo (fumada sin filtro y con aspiraciones profundas) aumenta los riesgos de padecer cáncer. Tiene efecto broncodilatador, lo que favorece la absorción de sustancias tóxicas, y al igual que ocurre con el tabaco, también es perjudicial para los fumadores pasivos.